Hay lugares que alienan tu identidad quieras o no, más si eres un ser que se ha decidido innecesario en lo regionalista, por saber empírico, no pertenecer a un lugar especifico para ser un individuo liviano dentro de la atmósfera de la vida, tal impostura supone un problema, por lo que esta serie de pinturas enmarcada en un estado personal, surge del conflicto ontológico dicho anteriormente. El objeto de la pintura se configura como una emancipación del deseo aguzado, ser de aquí, la contemplación mas allá del motivo, surge del estado interno que avivó lo pictórico, materia que se entrelazó en la metafísica del estado exterior del paisaje en mi paisaje interno en mis fugaces presencias. Para comentar de manera indicativa lo que ha sucedido y es posible que este oculto en el resultado pero vivo en el proceso, aun cuando ya ha muerto este momento, recorrió por la virtud del ego, los callejones oscuros de mi mente, la fantasía de mi ignorancia por no decir de mi casi extinta inocencia, lo aprendido en yo soy otro, la raíz que persiste y se aleja en la profundidad de mi tierra, lo que me desconecta del contexto, la miseria, el anhelo de regresar a la caverna con la seguridad de haber visto las sombras que me angustiaban eran otros yo, cerrar los ojos y dormir para despertar en un constante ir y venir, en el objeto que me recuerda, también fui.
Las monedas del patron
Oleo sobre lienzoFrente a la casa del negro saqueo
Oleo sobre lienzo
Carroburrro gairero
Oleo sobre lienzoBahia Inca Inca
Oleo sobre lienzoLa noche de Taganga
Oleo sobre lienzoPelicanos en rodadero
Oleo sobre lienzoNocturno en Santa Marta
Oleo sobre lienzoSin embarco
Oleo sobre lienzoCallejón del correo
Oleo sobre lienzoAtardecer en Santa Marta
Oleo sobre lienzoTaganga
Oleo sobre lienzoTaganga
Oleo sobre lienzoPobres perros
Oleo sobre lienzoTaganga
Oleo sobre lienzoEn la esquina una noche
Oleo sobre madera